17 Jun

No sé qué se necesita tener para ser buen padre. Mi papá no me cambió ningún pañal, pero nos cuentan que cuando nos llevaban a una cena del club de la ciudad y hacíamos algún berrinche, mi viejo nos cargaba en brazos, caminaba hasta la esquina con nosotras, nos charlaba un rato, y volvíamos fresquitas como una lechuga. De niñas bastaba una mirada de él para saber que estábamos haciendo algo mal. Jamás nos levantó la voz. Nunca un chirlo. Siempre trabajó mucho, hasta los domingos a la mañana y no, no estuvo en todos los actos cuando nos vestíamos de negritas o cuando recitábamos poesías o la vez que protagonicé mi primera obra de teatro. Pero era un tipo presente. Lo es. De los que se bancan las chinches adolescentes. De los que se comen el discursito de los complejos. De los que lloran con una cuando el primer novio que nos dejó nos rompió el corazón. Sobreprotector hasta la desesperación y el encanto. Recuerdo cuando me fui a estudiar a Paraná a los 17, mi mamá me empujaba al cole: respirá hondo y decí yo puedo y papá prometía: si extrañas mucho llamame que te voy a buscar. Las vacaciones en familia eran lo más sagrado para él: el dinero mejor invertido, decía. Ahora que es abuelo, pensé que los amores iban a moverse un poco. Está fascinado con su nieto, sí, pero sigue siendo mi papá, el que me llama casi a diario, el que por la voz puede detectar que algo no anda bien, el que cae en un pocito depresivo cada vez que, luego del reencuentro, llega una despedida. Mi papá, tan alto, tan enorme, que al abrazarlo quedo apretada a su pecho y ay, qué lindo el mundo visto desde ahí.

Entonces sí sé lo que se necesita tener para ser un buen padre. Ayer fuimos a conocer Parque Luro, una reserva natural de la provincia de La Pampa, y nos metimos los tres en el bosque de caldén. El sendero tenía trechos de arena y algúndíamarido empujaba el cochecito. De a ratos la subida era complicada y cargaba al nenito upa y yo hacía malabares con el carro. Por momentos nos encontrábamos ante un terreno empinado y el padre soltaba el coche y corría detrás. Los dos se reían y se miraban y entre tanto paisaje árido ellos era pura vida. Asumo que soy rompepelotas con él, que exijo, que quiero que pase más tiempo con el nene, que jueguen juntos, que se involucre hasta en la ropa que hay que ponerle, que tome decisiones a la par mío, que si no me puede acompañar al pediatra me diga qué dudas tiene él así yo le pregunto a la doctora. Y no está mal y no me voy a mover de ese camino. Pero quizá, en esa búsqueda constante de madre progre, traspasadísima por discursos de igualdad de género, sacudida por necesidades que despertaron con mi ser materno, olvido relajarme y dejar que la vida fluya, que él sea el padre que quiera ser. El padre que lo corre para que no desenchufe la compu y le dice: ay, si no fueras tan lindo, hijo; el que lo defiende de mis garras: dejalo tranquilo a ese chico que es más vivo que vos, no se va a caer; el que busca un sorbete y mientras lo baña hacen burbujas en el agua; el que le da una birome y le enseña a rayar los libros; o lo abraza para dormir y yo escucho que le susurra un te amo; el que lo llama Abelardo como el monstruo genial de Hostal Morrison; el que lo revolea a la cuenta de 1, 2 y 3 para robarle una carcajada; y al que le brillan los ojos ahora que el nenito le dice pá, pá, pá.

16 respuestas to “Pá”

  1. madreinargentina 17 de junio de 2013 a 13:01 #

    Preciosos los dos papás!

  2. mimamamelima 17 de junio de 2013 a 13:07 #

    ame!

  3. Rookie Mom 17 de junio de 2013 a 13:10 #

    Y ahora vos me hiciste llorar a mí. Ellos son. A pesar de nosotras.
    Love!

  4. MonaLisa 17 de junio de 2013 a 13:27 #

    Lindos papis los que te rodean… y es así: que sean los padres que ellos quieran ser (pero que se engruden con caca de vez en cuando carajo!)

  5. Ely Rosa 17 de junio de 2013 a 16:30 #

    Pero sí parece que esto te lo conté yo! Segun mi mejor amiga tengo un GRAN complejo de Edipo con mi papa, y yo creo que tiene razón! Respecto al padre de mis hijos que te puedo decir… es tal cual como decis! Una pretende que sean un tipo de padre y a veces no nos paramos a ver que tipo de padres ellos intentan ser. Besos y hasta el próximo post!

    • estaquetepario 17 de junio de 2013 a 17:47 #

      complejo de electra sería el nuestro 🙂 y tal como decís: a veces, en la cotidianeidad, en la rutina que nos come, el parate hace falta para dejarlos ser, como me dijo mi amiga anita recién en tuiter. beso ely!

  6. Carla 17 de junio de 2013 a 18:00 #

    Para que sean buenos papás también tiene que tener permiso. Dejarlos ser, que ellos también hagan su camino. Que lindo que haya sido entre caldenes, son únicos y ese bosquecito es uno de los últimos que quedan vivos, a pesar de todo, ahí están.

    • estaquetepario 18 de junio de 2013 a 9:28 #

      DEJARLOS SER. mi frase del mes 🙂 nos enamoramos del bosque, fue un bello día.

  7. Matar a Susanita 19 de junio de 2013 a 17:03 #

    Me encanto. Ando pensando mucho en eso de: dejarlo ser!
    Abrazo,
    Constanza

  8. Memi 20 de junio de 2013 a 16:14 #

    Es tan cierto lo que decís!!!!!!!!!!!!!!!! Es un aprendizaje continuo para nosotras dejarlos ser los padres que quieren y pueden ser… y sí, son unos divinos con sus hijos… qué más podemos pedir????

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